5 de octubre de 2012

Tiempo de arena - Inma Chacón


Me lo recomendó mi amiga Cris, y tengo que darle las gracias. Engancha, engancha y engancha hasta el final.

Este libro cuenta la historia de las hermanas Mariana, Munda y Alejandra Camp de la Cruz, y de la hija de Mariana, Xisca. Comienza justo cuando Xisca está agonizando, y en su agonía clama por sus dos hijos, de cuya existencia nadie sabía nada. Tras su muerte, Munda y Alejandra deciden encontrar a esos dos hijos cuya existencia niega Mariana, aduciendo que las palabras dichas por su hija eran fruto de la agonía. Y en esa búsqueda conoceremos el pasado reciente de la familia, desde su vuelta de Manila hasta el momento de la muerte de Xisca, con todas sus vicisitudes. 

Mariana, la heredera del patrimonio de los Camp de la Cruz de Toledo, es una mujer dura, inhóspita, que marca su terreno en lo personal y en lo social, y vive exclusivamente para el qué dirán; no se sale de su papel de cabeza de familia, y se deja guiar por Don Ramón, un sacerdote con ganas de llegar a obispo. Y niega el cariño y el amor que le debe a su hija, tratándola de forma dura y despreciativa.

Munda es una mujer de mundo, especialmente si pensamos que, en la época en que transcurre la historia (finales del XIX, principios del XX) no era fácil serlo. Espera con paciencia la vuelta de su novio de Filipinas, donde se dedica a la "insurgencia" contra el ejército español, primero, y estadounidense después. Munda es masona, feminista, socialista y totalmente contraria a la forma de ser de su hermana. Intenta por todos los medios que Mariana mejore las condiciones laborales de las mujeres y niños que trabajan en sus fábricas.

Alejandra, la hermana menor, tendrá como mentora a su hermana Munda, que consigue arrancarla del poder de Mariana y de su asfixiante vida. Alejandra se va a vivir con Munda a Madrid y decide estudiar Derecho (en una época en que las mujeres tenían vetado el acceso a la Universidad) para poder defender la causa feminista en una época en que las mujeres vivían sometidas a los hombres y eran consideradas prácticamente seres mononeuronales que necesitaban del hombre para poder pensar; una época en que una mujer casada no podía viajar sin un permiso escrito de su marido, y podía ser sometida a malos tratos sin que nadie hiciera un aspaviento.

Hay un párrafo en el que Don Ramón acusa de soberbia a Xisca por no perdonar a quien le ofende, cuando Dios ya le ha perdonado su pecado porque se ha confesado, que dice mucho, mucho, del papel de la Iglesia en la situación de la mujer en aquellos (y a veces aún en estos) tiempos. No puedo transcribirlo sin cargarme una parte importante de la trama, pero es tan revelador del papel que la Iglesia reserva a la mujer...

También, cuando describe las condiciones de trabajo en las fábricas, me ha hecho pensar en los retrocesos en materia laboral y social que estamos viviendo, y en hacia dónde vamos (hacia atrás, indudablemente).

De verdad, merece la pena leerlo.

2 comentarios:

Tatty dijo...

Lo lei hace unos meses y me gustó mucho, tanto la historia como el contexto histórico
besos

Sol dijo...

Sí, sobre todo el contexto histórico de la mujer resulta asfixiante visto desde la época actual.
Gracias por comentar, Tatty